En mis tiempos de SPA

Recuerdo en mis tiempos de SPA, a un joven al cual llamaremos Reny, a quien conocí cuando acudía devotamente cada viernes a un pequeño SPA en mi natal Piura en épocas de miss y de pasarelas.
Reny solía llegar cada tarde luego de sus clases de inglés al pequeño SPA ubicado en un gran edificio del centro de la ciudad. Entre cuchicheos y risas disimuladas, entraba Reny a la sala de faciales ataviado de una bata, una bincha y unas pantunflas blancas, se acostaba en una de las camillas y se entregaba al placer de los masajes y los tratamientos.
Recuerdo alguna conversación con él en la que me contaba, que desde los 17 años venía al SPA, que un amigo le enviaba de Europa unas cremas faciales y unas inyecciones anti-arrugas, que en su casa nadie sabía de sus escapadas al SPA después de clases y que si su mamá se entereba de esto le daba un patatus y ahí nomás se quedaba.
Reny era delgado, de cabellos marrones y ondulados, su piel era clara y sus ojos ligeramente rasgados le daban un aire de semi-dios del Olimpo, su andar cadencioso y su mirada tranquila lo convertían en un muchacho destacable.
Reny, además era gay y llegaba al SPA a soltarse las trenzas y todo lo demás.
Cuando empezé a alejarme de la vida del maquillaje y el glamour, descubrí que Reny estudiaba la misma carrera en la misma universidad que yo, y que en ésta trataba inútilmente de disimular su opción sexual, también me enteré por boca de la dueña del SPA que unos días atrás su mamá había llamado al local a preguntar si su hijo estaba allí, que uno de sus hermanos había pasado y lo había visto subir apresurado. Los rumores de su familia estaban comprobados, Reny dejaba los libros de inglés por las tardes para pasar a la transformación de diva en la intimidad del SPA.
Reny fué el único hombre que conocí directamente en mis tiempos de SPA que acudía sin reparos y pedía toda clase de tratamientos.
¿Habrá aceptado Reny que va a un SPA?, ¿Irán más hombres (no sólo gays) ahora al SPA?